Alias Alejandro (documental on line y texto)

Alias Alejandro de Alejandro Cárdenas (2005)

(*) Texto extraído del libro «180º gira mi cámara. Lo autobiográfico en el documental peruano» (M.Godoy)

Peter Cárdenas, era uno de los líderes del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, MRTA, durante la toma de la embajada de Japón (1996), Alejandro Cárdenas, el director, es su hijo. Alias Alejandro es un viaje en busca de su identidad.

Una serie de imágenes de archivo nos muestran la toma de la embajada del Japón. La voz en off del director, en alemán, las relaciona con su vida, haciendo mención que uno de los responsables de dicho atentado, el Nº 2 del MRTA es su padre. Luego de ver imágenes de noticieros en las que aparece su padre, el director se cuestiona qué lo vincula con este hombre, que recién a sus veintidós años le escribe una carta llamándolo «hijo», cuando la última vez que se vieron Alejandro tenía cinco años.

Alejandro no tenía mayor interés en saber nada de su padre biológico, como su madre se lo dice durante el documental, pero a partir de la llegada de esta última carta se comienza a cuestionar si ya es tiempo de conocer a: «este extraño que dice llamarse mi padre». En ese momento, es cuando decide comenzar el documental: «[Empecé a] sentir que tenía un hueco en el alma, algo que tenía que terminar, estuve unos cuatros años para decidir que tenía que conocer esa parte de la familia, tengo que ir y conocer a mi padre, a mi hermana, a mi hermano, a mis abuelos, a mis tíos, y conocerlo a él. […] Yo quise hacer esta película para saber bien de dónde vienen mis raíces» (Portales 2006).

Este documental es un diario del viaje de Alejandro, en el cual lo acompañamos en la búsqueda de su familia. Primero en Suecia, donde conoce a la segunda esposa de su padre y sus medios-hermanos, y luego su familia en Perú, su abuelo y sus tíos, pero sin dejar de ver la situación social del país, los años de violencia, la crisis peruana. El contexto social es muy importante para comprender la vida de su padre y el porqué de sus acciones. Hay una clara presencia de la historia familiar y personal de Alejandro, su material de archivo de niño, las primeras películas que grabó, los recuerdos de sus familiares pero a la par hay un interés por comprender y conocer la realidad del país donde nació pero con el cual no tiene mayor contacto, no se siente identificado, como tampoco lo está con su padre. Hay una búsqueda de identidad.

 

A lo largo del documental, el realizador busca encontrar nexos que lo vinculen con su padre, su familia, el Perú. Un elemento importante es la fisonomía de su nariz, en los primeros minutos del documental se pregunta de donde viene, ya que no conoce a nadie en su familia que la tenga igual a él, esta incertidumbre culmina cuando conoce a su abuelo. Luego del encuentro Alejandro, feliz mirando a cámara nos comenta «se dieron cuenta, la misma nariz» mientras se pone de perfil a la cámara. Otro elemento que utiliza es la pintura, el lado artístico que une al abuelo, al padre y al hijo. Pero quizás el lado más emotivo y más cercano en el documental, es cuando Alejandro, al final del documental, nos habla del encuentro que tuvo con su padre. Al fondo de un corredor, ve a un hombre tras las rejas, que al verlo inclina la cabeza hacia un costado. Este gesto es el mismo que él usualmente hace. El vínculo existe, a pesar de la distancia, la falta de comunicación, el amor, son padre e hijo, ha encontrado sus raíces. Esta secuencia, al no haber podido entrar con cámara a la cárcel, nos la muestra a través de la animación, en donde la estética del dibujo y el uso del color refuerza los sentimientos encontrados del realizador.

Al igual que History and Memory, Alejandro nos muestra un lado de la historia, la que los medios de prensa y estado han hecho masiva, la cual contrasta con su historia familiar. El uso del material de archivo extraído de noticieros televisivos nos contextualiza dentro de lo que se dice fue el MRTA y en especial Peter Cárdenas dentro de esta cúpula. Pero también tenemos la oportunidad de escuchar el otro lado, la memoria familiar, en donde descubrimos cómo surge el interés social de Peter en Argentina, militando como montonero, que al regresar a su país entra a formar parte de la izquierda peruana (PSR ML – MIR EM), que luego de unos años decidirá iniciar la lucha armada, asumiendo el nombre del MRTA.[1] Es importante resaltar, que al igual que en History and Memory, es la madre del realizador quien nos cuenta su historia, es la importancia de la oralidad y la memoria familiar frente a lo masculino y la historia oficial, característico del documental clásico.

Otro punto interesante, es ver que Alejandro, al igual que Albertina Carri (Los Rubios), son hijos de una generación de líderes de izquierda en los años setenta en Latinoamérica, los cuales debido a la situación política de cada uno de los países acabaron su vida de maneras diferentes. Unos desaparecidos durante la dictadura y el otro en la cárcel acusado de terrorismo. Acá se aprecia una característica importante dentro del documental autobiográfico latinoamericano, el desencanto de una nueva generación, que ya no cree que con una película (o con la militancia) se puede cambiar el mundo como sus padres lo creían, sino es ir a lo personal y contar su historia, su experiencia y dejar una constancia de lo que no se dice en los medios oficiales, ya que la historia la escriben los vencedores: «[…] es una película sobre un aspecto que todavía no se muestra que es el punto de vista de mi generación que vivió, digamos, el desarraigo de la generación de los padres que se tuvieron que ir al exilio. Y nosotros, y mi generación, lo vivimos de otra manera» [2]. Realidades políticas distintas los llevaron por caminos y resultados diferentes.

Este film es un documental que presenta varios elementos autobiográficos. Por un lado el uso de herramientas creativas que permiten ejemplificar y transmitir de manera muy personal la visión del realizador, el uso de la animación como subjetivización de la experiencia del padre en la cárcel y del encuentro entre ambos, es un ejemplo de ello. El tema social es enfocado desde otra perspectiva, la del hijo que se ha visto afectado por la militancia de los padres y el desencanto generacional de estos jóvenes también se pone de manifiesto. La búsqueda de la identidad, que podemos encontrarla en gran parte de los documentales autobiográficos, en este caso se hace palpable al contrastar la voz en off del director, en alemán, con su presencia física en donde se comunica con sus familiares en castellano, con acento argentino (la madre es argentina). Finalmente la importancia de la memoria, que se enfrenta a lo oficial, lo establecido, recurriendo en muchos casos a personas ajenas a la familia, como los miembros de la CVR, para unir fuerzas y cuestionar la visión que se tiene de su padre y del MRTA durante los años de violencia.

Alias Alejandro es un documental importante dentro de la producción nacional, que toca varias aristas y temas, llevándonos por un pasado histórico reciente, del cual se habla poco o sin conocimiento de la complejidad del tema. Este documental aborda la violencia política vivida en el Perú, pero bajo un prisma diferente, la visión del realizador, víctima directa de aquellos años, los cuales vivió de espaldas a la realidad peruana, a su padre y que conexión tenía él con ellos. Cárdenas, de forma valiente, opta por compartir con nosotros la búsqueda de su memoria, su identidad, el vínculo con sus raíces, un viaje físico a la vez que introspectivo que escarba en su yo más profundo, para sacar adelante un valioso, y personal, testimonio de la realidad peruana.

[1] Hatun Willakuy. Versión abreviada del informa de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú 2004: 386

[2] Portales, Rodrigo. «Entrevista con Alejandro Cárdenas-Amelio». Cinencuentro. Fecha de consulta: 01 setiembre 2011. <http://www.cinencuentro.com/entrevista-alejandro-cardenas/&gt;.

 

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