En busca de la memoria documental (Parte I)

El Perú es un país sin memoria, eso lo sabemos todos. Ejemplos hay infinitos, en mi documental «Retro Visión» toco este tema. Pero yendo al punto, nuestra memoria documental: ¿Donde está? ¿Desde cuando existe el documental en el Perú?  ¿Hubo un movimiento similar al vivido en toda Latinoamérica en los sesentas y setentas con las dictaduras (El TERCER CINE)? ¿Cómo le influenció la ley de cine de 1972?  ¿Qué se viene realizando ahora? ¿Quien es Heddy Honigmann, Juan Alejandro Ramírez o Mary Jiménez, por mencionar algunos cuantos?

documental de Juan Alejandro Ramirez

"Alguna Tristeza" de Juan Alejandro Ramirez

No tenemos memoria y yo creo que son dos  los principales factores para que esto se de. Primero la falta de un ente que se encargue de crear un archivo cinematográfico adecuado[1], que preserve y restaure, como en un momento comenzó a hacer La Filmoteca de Lima, los filmes realizados a lo largo de toda la historia del cine peruano. Que a su vez cuente con un espacio idóneo para su proyección y difusión quizás, mediante el transfer de estos filmes en 35mm, 16mm o video a DVD o mov.

Y es que es muy difícil que los mismo realizadores conserven una copia en 16mm o  35 mm de sus trabajos. Conversando, ya hace unos años, con Alejandro Legaspi me comento que él no tiene copia de sus documentales, motivo por el que no puede mostrarlos en clase a sus propios alumnos. Y él no es el único, Nora de Izcue no tiene copia de algunos de ellos, al igual que José Antonio Portugal. Pero ahora con las facilidades para la digitalización de ellos esto debería cambiar.

El segundo elemento clave en esta falta de memoria viene de la mano de esta vieja escuela de critica limeña salida de Hablemos de cine, allá por los sesentas y encabezada en la actualidad por Ricardo Bedoya. Este, con sus publicaciones, es el principal historiador del cine en Perú[2], profesor de la Universidad de Lima, conductor y director del programa televisivo de critica cinematográfica El Placer de los Ojos, critico de cine del diario El Comercio, formó parte del consejo editorial de Hablemos de Cine y La Gran Ilusión. Además ha publicado 100 años de cine en el Perú: una historia critica, Un cine reencontrado: diccionario ilustrado de las peliculas peruanas,  El cine silente en el Perú, El cine sonoro en el Perú, entre otros. Por consiguiente influyente opinión en todo lo que respecta la producción audiovisual en el Perú. Referente clave en toda investigación, disertación, o mención de todo el cine en el Perú.

El índice de un libro, una publicación, una tesis, de un texto en general sirve para orientar al lector y aclarar los puntos y temas a desarrollar. Si uno revisa el índice del libro de Bedoya, 100 Años de Cine en el Perú, notara que en ningún momento se menciona la palabra documental[3]. Es recién a partir del 2009, con su libro El cine silente en el Perú y El cine sonoro en el Perú, y viéndose claramente influenciado por el interés del critico Emilio Bustamante en el documental, es que Bedoya ha cambiado y ha comenzado a ver el documental con otros ojos. Hecho que me alegra sobremanera ya que los mejores productos audiovisuales realizados en los últimos años en el Perú vienen del documental.

Con este articulo empieza un intento por recuperar nuestra memoria, ya que esta es imprescindible para conocernos, saber de donde venimos y quienes somos. Recorremos la historia del documental peruano desde sus inicios en el cine mudo hasta la actualidad, pasando por los diversos auges que el documental ha vivido en el país y por supuesto por la prestigiosa Escuela del Cuzco reconocida internacionalmente.

1. EL PERIODO MUDO

Los primeros registros documentales los filmó un operador anónimo y fueron proyectados el 23 de abril de 1899 en el Teatro Politeama de Lima. Eran un conjunto de 20 vistas, entre las que se encontraban “La Catedral de Lima”, “Camino a la Oroya” y “Chanchamayo”. Luego una serie de proyecciones irían recorriendo Lima, con diversas temáticas, dejando de lado la cotidianeidad de un primer instante por hecho de la actualidad, como la filmación de “Las exequias del presidente Candamo”, o desde un lado mas retratista  “La Corrida de Toros”[4].

De los primero años se menciona el trabajo de Jorge Enrique Goitizolo, que realizó las vistas mas conocidas y de mayor aceptación de esos años, como la jura de la bandera ante el monumento a Bolognesi, que se presentó con el titulo “Efectos que produciría la repetición de los sucesos del 29 de mayo de 1909 estando el ejercito en momento de una revista en la Plaza Bolognesi” y “Los Centauros” de aproximadamente 10 minutos de duración que mostraba los ejercicios ecuestres practicados por el escuadrón de caballería numero tres en el Valle de la Magdalena[5].

En su gran mayoría, los registros realizados durante estos primeros años tenían una función mas bien periodística, de testimonio. Como “El paro general en Lima”, “La huelga de Vitarte de abril de 1911”, “Asunción a la jefatura de Estado de Guillermo Billingurst”. Y es que como dice Bedoya fue el registro documental el que trazó la imagen cinematográfica de la sociedad limeña[6].

En el Perú se puede distinguir cuatro momentos de presencia del documental. El primero entre 1919 y 1930, en donde es usado por Leguia como documento de apoyo al poder a través de la prensa cinematográfica. Unos años después, primero con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y luego con la promulgación de una ley de fomento[7] se da un periodo de auge en el documental, enfocada principalmente en el noticiero. Algunos años después y siendo el punto de partida el Foto Cine Club del Cuzco surge un grupo de realizadores, que dedicaron el grueso de su obra al documental y que fueron bautizados por Georges Sadoul como Ecole de Cuzco, Escuela del Cuzco[8]. Finalmente gracias al Decreto Ley 19327[9] se da el segundo auge del documental. Promulgado en 1972 durante el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada y que se mantendrá vigente hasta 1993. Dentro de este periodo, temporal, pero fuera de dicha ley, destaca el importante trabajo documental del Grupo Chaski.

Cabe resaltar que los periodos de auge que tiene luego el documental, en la historia del cine peruano, coincidirán con gobiernos dictatoriales o con periodos en los que el gobierno apoyo el cine. Es quizás por este motivo que mucho del documental realizado en el Perú ha estado al servicio del gobierno de turno, ya sea mediante la propaganda directa o con un apoyo maquillado[10].


[1] El Archivo Peruano de Imagen y Audio (ARCHI) se fundó en 1991, para apoyar a la Biblioteca Nacional, que poseía un fondo de 2000 rollos de películas de nitrato. Y es a partir de ahí que comienzan a salvaguardar nuestro pasado fílmico. En la actualidad los encargados de tan noble función se encuentran en el extranjero y toda forma de comunicación con el ARCHI es imposible de concretarse. (El Archivo Peruano de Imagen y Audio  [http://www.archivoperuano.com/] (citado 30 junio 2010)

[2] El otro estudioso del cine peruano, con publicaciones al respecto, es Giancarlo Carbone con sus testimonios del cine en el Perú, entre 1897 y 1972.

[3] Es más, al hacer referencia al Grupo Chaski, por un error tipográfico, dice Grupo Ghaski. BEDOYA Ricardo. 100 años de cine en el Perú: Una historia critica, 1995: 459

[4] Ibid: 27-31

[5] Ibid: 35

[6] Ibid: 37

[7] El 14 de julio de 1944, el presidente Manuel Prado decreta la primera norma legal dictada para promover la producción cinematográfica. El dispositivo busca fomentar la realización de un noticiero nacional, de periodicidad semanal, y de documentales que debían exhibirse en forma obligatoria en todas las salas del país. (Ibid: 131)

[8] Texto publicado en 1964 en “Lettres Francaises”

[9] Con dicha ley se realizaron aproximadamente 1200 cortometrajes, de los cuales la mayoría fueron documentales.

[10] Con el gobierno de Fujimori esto no se da, centrándose toda la logística de la propaganda en la televisión, de consumo mucho más masivo y significativo que el cine de los noventas en el Perú.

¿Por qué hablar de documental peruano?

En 1999, durante un curso universitario,  tuve mi primera aproximación  al documental y desde aquella fecha no he dejado de acercarme y vincularme cada vez más a este. He llevado una maestría, he trabajado en cada una de sus áreas, he escrito alguna critica e impartido charlas y clases también. Se podría decir que algo se de documental.

El documental me apasiona, soy poco objetivo cuando de hablar de este se trata y me cuesta mucho creer lo poco valorado y conocido que es en el Perú, existiendo aún un prejuicio muy grande a todo nivel, ya sea desde prestigiosos críticos de cine hasta cualquier ciudadano a pie. Se hicieramos una encuesta sobre las características del documental, las respuestas más comunes serían que este cuenta con  una voz en off, es informativo, casi educativo, muchas veces habla de la naturaleza, de animales, de temas alejados y exóticos, y sobretodo poco dinámico,  lento, monótono e incluso aburrido.

Partiendo de esta idea, he decidido comenzar a escribir un blog sobre documental peruano, por supuesto que sin cerrarle la puerta al documental internacional, pero la principal intensión es hablar de lo que se ha hecho, se viene haciendo y parecer ser, seguirá haciéndose por estas tierras. Para que conozcamos algo de su historia, sus inicios, los periodos de auge por los que paso y como en los últimos 20 años, gracias a la tecnología digital (entre otros elementos que luego desarrollaremos) este ha resurgido de manera significativa, viendo un amplia variedad de aproximaciones diferentes y muy creativas, al nivel y visión de prestigiosas obras foráneas.