Hemos podido ver más de 50 documentales a lo largo de nueve días de Festival. Me quedo con algunas ideas:
- El documental ganador fue Cuates de Australia de Everardo González (2011), un documental correcto pero que no hace sino repetir la formula del buen salvaje que instauro Flaherty hace 90 años y que ayuda a seguir viendo al documental de forma limitada y poco creativa. Me quedo con Hija de María Paz González (2011), que recibió una Mención honrosa.
- Pudimos ver una interesante confrontación entre el documental clásico y el documental de creación o de autor, entre el documental que busca ser objetivo y el que abiertamente manifiesta su subjetividad. Pudimos ver diversos ejemplos de ello, desde el netamente observacional (mosca en la pared), como Escuela Normal de Celina Murga (2012) en donde aparentemente el realizador no interviene, pasando por el participativo (el director es el generador de las situaciones), donde destaca Los ultimos cangaceiros de Wolney Oliveira (2011), el performativo como Lima Bruja de Rafael Polar (el director se incluye en la historia formando parte de ella, dejando manifiesto la subjetividad generada), hasta propuestas más personales, en donde el documental gira en torno al director y/o su familia más cercana: lo autobiográfico. Esta última propuesta se viene presentando cada vez más dentro del documental latinoamericano y en esta edición hemos podido apreciar tres interesantes, creativos y valientes aproximaciones al respecto: Hija, El huaso y Con mi corazón en Yambo.
- Incluyendo la competencias y las muestras paralelas pudimos ver cinco largometrajes documentales peruanos: el estreno de Cuéntame de Bía de Andrea Franco Batiesvsky, Lima Bruja de Rafael Polar, Choleando de Roberto de la Puente, Tren de juguete de Romulo Franco y Shanti de Malambito. Me queda la duda de si, el buen documental peruano, Lima Bruja no participó en la sección de competencia, tiene algo que ver con su presencia en el Festival FIACID, el pasado Febrero.
- Fue un lujo poder ver los últimos trabajos de Victor Kossakovsky, Nelson Pereira Dos Santos y Juan Carlos Rulfo. Sin lugar a duda de lo mejor del festival. Pero se hicieron notar la ausencia de otros importantes documentales producidos en los últimos años, como por ejemplo Las canciones, ultimo documental de Eduardo Coutinho, un caserito del Festival de Lima o que no haya llegado ningún documental en 3D, nueva estrategia internacional para atraer espectadores a las salas. Genialidades como Pina de Wim Wenders o Cueva de los sueños olvidados (2010) de Werner Herzog, esta última exhibida en otros festivales latinoamericanos como el EDOC 2012 o el BAFICI 2011.
- Aunque poco a poco el documental ha ido ganándose un espacio en el Festival de Lima, pasando de ser una muestra paralela, Documentales imprescindibles, a una sección oficial, aún ocupa un lugar secundario frente a la ficción. De los 12 documentales en competencia, la gran mayoría solo fueron programados en una única función, que fue a las 2pm o 4pm, haciendo muy difícil que el público asista a las salas y consuma documental. Creo que una buena programación, con una nutrida y variada selección de los diferentes tipos de documentales que podemos encontrar en la actualidad, ayudaría a que esta figura cambie; y si a eso le sumamos la llegada de documentales internacionales como los antes mencionados en 3D, el interés por el documental sería aún mayor.
- Para finalizar 5 últimas:
- Mi favorita: Vivan las antipodas!
- La decepción: La maleta mexicana
- Más de lo mismo: Cuates de Australia
- La gran ausente: Pina y Las canciones
- Una idea final: Un documental es una película, un cortometrajes también es una película, mientras no seamos conscientes de ello y sigamos pensando que todos los realizadores aspiran a hacer un largometrajes de ficción nuestro cine no seguirá creciendo. ¡Es momento de cambiar!
Mauricio, efectivamente Lima Bruja no pudo participar por el criterio de exclusividad que tiene el festival. Haber participado en el FIACID y además haber ganado el premio del público parece haber sido una maldición en lugar de algo bueno. Las puertas del festival de Lima simplemente se empequeñecieron. A pesar que la llegaron a programar en la muestra itinerante, la exhibieron en espacios poco concurridos y con cero difusión. La pregunta es evidente: ¿Para quienes es el festival de Lima entonces sino para los pequeños realizadores locales, independientemente si hacen documentales o ficciones? He tratado de ir a festivales de cine en latinoamerica y, sin excepción, en todos a los que fui la producción local tenía una atención especial. Era evidente que era su momento y su espacio para darse a conocer en el público y mercados locales. En fin, creo que debemos dejar de pedirle demasiado a un festival que tiene una visión diferente de lo que necesita la minúscula industria nacional.
Rafael Polar
Buen Balance. Concuerdo contigo en que lo mejor en Docus, de lejos fue Vivan las antípodas, obra de arte. Y que falto la proyección de Pina. Y más de acuerdo con la reflexión final sobre como ve el gran público al documental, al cortometraje…como algo menor, o menos atractivo, eso por el simple hecho de no llamarlo película…. solo incluyéndolos al término película podremos ver crecer y algún día madurar al docu en nuestro país. Gracias!